lunes, 27 de septiembre de 2010

A María Laura, in memoriam

Hoy recordamos la partida de nuestra hija,  María Laura.


Tan poco tiempo y aprendimos tanto de ti. 


Tu paso fugaz no se ha borrado ni lo hará jamás.

Han pasado 12 años... y el amor sólo crece y crece...

5 comentarios:

  1. "Tu paso fugaz no se ha borrado ni lo hará jamás" que preciosidad de letras!!
    Cada vez que entro a tu blog se respira ese amor para tu beba, un abrazo!! Ceci.-

    ResponderEliminar
  2. Mi hijo mayor nació el día 13 de Septiembre del 2000, luego vinieron cuatro hermanitos más. Hace cuatro meses nuestro último hijito murió, vivió un poquito menos que María Laura, tan sólo quince minutos.
    Todos hemos aprendido con él y seguimos haciéndolo. Qué hermoso tu blog, acabo de llegar por el de Ceci, voy a mirarlo todito. Un fuerte abrazo.
    Aquí está la historia de nuestro hijo por si te apetece leerla:
    http://paideiaenfamilia.blogspot.com/2010/11/cuando-un-hijo-se-va.html

    ResponderEliminar
  3. Paloma:
    He leído tu historia. Es difícil decir algo después de saber que una familia pasó, en algún lugar y en algún momento, por tanto dolor y tanto maltrato también. Lo siento en el alma.
    Cuando perdí a mi niña personas que me querían me dijeron muchas cosas, algunas muy desacertadas, como la famosa "mejor que haya sido tempranito, así pasas la página y encargas otro". Tal vez eso funcione con un televisor defectuoso o un asado poco cocido, pero con un hijo no tiene nada que ver. El hijo es parte inseparable de nuestra vida antes de verle siquiera la cara, porque ya desde entonces somos sus padres y el lazo de amor es irrompible, no hablemos de "olvido" (¿qué es eso?).
    Yo también sufrí la indiferencia del sistema, que generó, al final de cuentas, sufrimiento fetal agudo de mi bebé el que facilitó una complicación respiratoria que terminó con su vida en sólo doce días. Yo estoy convencida de que el pediatra que revisó a mi bebé al darle el alta sabía lo que se iba a producir, y no me dijo nada. No hablaré de su responsabilidad ineludible, no quiero volver sobre eso, ya el Señor verá lo que sea conveniente, sólo de que tuve doce inolvidables días de dicha con mi hija, a la que, aunque han pasado 12 años, sigo extrañando entrañablemente.
    Me admira la unión de tu familia y la fuerza que se han dado en este proceso tan difícil. Valóralo mucho, tal vez sea parte del regalo que te dejó Kai.
    Yo creo firmemente que el "sentido" de un dolor así no es fácil de hallar, aunque lo tiene, de seguro, pero con el tiempo, tal vez podamos entenderlo al menos en parte. No sé si cada hijo trae un pan bajo el brazo, pero sí sé que trae un regalo de AMOR que es inigualable, y que no se relaciona con las horas o minutos que latiera su corazón. Ustedes tienen ese regalo para siempre.
    Me ha impresionado la adhesión de tanta gente que se han sentido tocados por tu testimonio (145 comentarios!!!) y ese es otro regalo; recibir tanta solidaridad es un privilegio y trae bendiciones con él.
    Como lo apunté en otra parte, yo inicié mi blog con el deseo de compartir algo que más allá de mi sufrimiento, pudiera ayudarme a trascender eso y saliera al encuentro de otras personas, para que no se sientan solas en su dolor, y creo que te ha sucedido lo mismo, y en eso nos encontramos. Gracias por compartir esta parte tan importante de tu vida.
    Dicen que la unión hace la fuerza, y sólo cuando alguien te entiende, en la experiencia de perder un hijo, te sientes acogida, y esa es nuestra fuerza.
    Espero que tus intentos de formar a tus hijos y sacar adelante a tu familia desde tu visión de lo correcto y lo mejor, culmine con éxito, se lo merecen.
    Sobre tu herida, es cierto, no cerrará en mucho tiempo, y cuando lo haga, la marca quedará en tu alma para siempre, pero será una que poco a poco te llevará a un recuerdo de amor, antes que al de dolor.
    Escribo desde Trujillo, Perú, pero me siento muy cerca tuyo. Espero me sientas igual.

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias por tus palabras, por supuesto que me siento cerca de ti...
    Hace años estuve en Perú, pero no pude ir nunca a Trujillo. Tengo un ahijadito en Chinchero.
    Muchos besos.

    ResponderEliminar
  5. ¡Qué hermoso lo de tu ahijado! Compartir es también una vía a ser mejores personas y acercarnos a Dios.
    Tu niño vive en Cuzco, hermosa y mágica ciudad ("Ombligo del mundo")que aún no visito. Yo vivo al norte del país, en el calor, en una ciudad de costa. Amo mi país, con sus carencias y dificultades.
    Bien por ti y tu familia, ahijado incluido!!

    ResponderEliminar

Tus comentarios son valiosos para mí y para otras personas que pasan lo mismo.
Comparte con nosotros.