martes, 15 de junio de 2010

¿Dónde encontrar consuelo?

Este es un tema grande como el mar, y esta relacionado con una infinidad de aspectos, como la cultura, las tradiciones familiares, las experiencias previas, la religión y el propio carácter.

Está por ejemplo el uso del "luto", es decir, vestirse de negro o combinaciones de negro, gris y blanco, por un tiempo determinado. Unos usan un mes otros 6 meses y los más radicales van hasta el año, aunque cada vez son menos. Para muchas personas esto no tiene mayor trascendencia y es un tema sin importancia, sin embargo para otros es algo de ley. Se cumple y punto, tal vez teniendo la idea de que de no hacerlo así se está ofendiendo la memoria del difunto, y por lo tanto encuentran un consuelo en ello, ya que están "honrando su recuerdo".

Otro aspecto es la visita al cementerio. En las grandes ciudades que tienen cementerios muy distantes, eso es una complicación, sin embargo en ciudades pequeñas es todavía una costumbre, casi un ritual, practicado por muchos. Generalmente es
una visita mensual aunque hay quienes lo hacen los domingos o un día a la semana. Eso puede ir disminuyendo con el tiempo, y es natural que así sea, pero para un gran sector es una práctica muy consoladora.

En cuanto a los católicos, las misas in memoriam son también una forma de entregarle algo, de hacer algo por el ser amado que ya no está. A veces es una mensual, en el día que recuerda su muerte, y luego una vez al año, en esa fecha.

En todos los casos, creo que hoy por hoy nadie considera esto como una norma sino más bien como posibilidades que están al alcance, como una puerta abierta esperándonos para paliar nuestro dolor, aunque personas mayores aún se aferran a sus tradiciones.

Yo respeto las costumbres de la gente, pues más que una determinación son un poco el legado de nuestros padres que aceptamos sin mayor custionamiento. Sin embargo en mi caso sí he cuestionado muchas cosas y he determinado, junto a mi esposo, qué queríamos hacer y qué no, conscientes de por qué queríamos hacerlo.

El luto, en cuanto a la ropa, nunca ha sido algo que me interese, pues me parece que es más una forma de andar llamando la atención sobre nuestra condición, diciendo a nuestro paso "aquí va alguien que ha perdido a un ser querido". No me interesa eso y nunca lo hizo, así que no lo tomo como una imposición, excepto los días de velorio y entierro, como una forma de respeto al otro, más que nada. Sin embargo, cuando más hubiese querido hacerlo, no pude, pues acababa de dar a luz y sólo pude usar uno de mis vestidos de maternidad, el más oscuro, ya que nada más me entraba y no quise estar probándome cosas y fastidiando a otras personas por un tema tan intrascendente.

Sobre la visita a la tumba, para mi esposo y para mí si fue un consuelo muy grande, pues ir al cementerio se convirtió en un espacio de calma y silencio para pensar y llorar y dejarle unas flores como gesto de amor. Sabíamos que nuestra bebé no estaba ya ahí, pero nos consolaba pensar que nos veía dejando una flores en su tumba, además que así si nos topábamos con alguien sabíamos que eran personas que nos entendían, pues era un pabellón de niños, y todos habían pasado por experiencias similares a la nuestra. Eso realmente era un tanto consolador.

Mucha gente decide voltear la página y no volver más a la tumba, y los entiendo. Les resulta muy doloroso y prefieren superando dejando de pensar en ello. Tengo amigos que lo han hecho y se sienten mejor así.  Para nosotros fue diferente.Buscamos un contacto tan frecuente como fue posible hasta que dejó de ser una necesidad porque la herida estaba sanando. Creo que fue una terapia muy saludable y llena de amor. Así pasamos de la visita semanal, durante un año, a la quincenal, por más de nueve. Hoy hemos decidido ir una vez al mes y esperamos hacerlo, pero no como una obligación sino como un deseo. Nos da tristeza ver tumbas desatendidas, llenas de telas de araña y sucias, como si quienes murieron estuvieran olvidados del mundo, aunque no sea así.

Creo que existe otra vida, otro nivel de existencia, y que lo único que perdura es el amor. Sea cual sea la forma como lo podamos expresar y transmitir, creo que es válida, y será lo que traspase las fronteras, los límites y el tiempo. Sólo el amor. Y la idea es sobrevivir hasta que aprendamos a vivir de nuevo y que el dolor se transforme en un amor distinto, que nos mantenga unidos a través de una vida sin vernos, sin oírnos, sólo sintiendo al otro en el corazón.

2 comentarios:

  1. Gracias, un oasis en medio de tanta confusión..

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  2. No hay por qué. La idea es compartir experiencias que puedan hacer más llevadero el camino de los demás. Eso le da mayor sentido a la propia pérdida.

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