Este 08 de junio se cumplen 07 años de permanencia de "Sobreviviendo a nuestros hijos" en la red y quiero compartirlo con ustedes.
Como saben, este Blog nació como un compromiso solidario para compartir experiencias y aprendizaje de vida y esperanza con quienes pasaron (y pasan) lo que viví junto a mi familia una vez, sin embargo se ha convertido con el tiempo en un espacio para el diálogo, para escuchar el dolor de quienes sienten que no pueden con la carga, para entender que no estamos solos, que somos muchos y que podemos superar nuestra tristeza, por más profunda que sea, y volver a vivir, por amor a nuestros hijos. Dejó de ser un espacio para decir y se convirtió en uno para aprender.
Debo confesar que cada nuevo mensaje que recibo de un lector o lectora, me llena de pena y angustia, porque sé lo mucho que deben estar sufriendo. Su dolor me exige dar lo mejor de mí para ayudarlos a sentirse acogidos, comprendidos, aceptados, y a la vez tratar de orientarlos en dirección a la calma y la paz que toda alma atormentada necesita y merece. Si lo he logrado en alguna medida, me sentiré más que bendecida.
Quienes pierden un hijo, no siempre pueden encontrar quien entienda su dolor, su desconcierto, su vacío. Este espacio está a disposición de quienes han pasado por una experiencia así o de quienes deben acompañar a un padre o madre que lo está haciendo. Tal vez mi experiencia y la de mi esposo, al pasar por ese trance, pueda ser útil a otros para darle un sentido a la pena, a la pérdida, y así hallar una salida al final de ese largo y oscuro túnel...