Quienes hemos pasado por el dolor
desgarrante de perder a un hijo no podemos ser indiferentes ante el horror de
la guerra.
Padres que pierden a sus hijos, niños huérfanos en medio del
caos absoluto, sangre, terror, mutilaciones… no es posible imaginar tanto
sufrimiento, tanta deshumanización..
No es sólo París, no es sólo
Siria, son muchos los lugares que sufren bombardeos indiscriminados en
los que mueren personas inocentes cada día, a cada instante… Afganistán,
Egipto, Líbano, Israel, Nigeria... porque los poderosos
del mundo usan a los pueblos como medios para sus propósitos de ambición
desmedida, luego los enfrentan a unos con otros y lo único que resulta es un reguero
de sangre en ambos lados, mientras sus bolsillos se repletan de dinero con olor a muerte.
No podemos ser
indiferente a los millones de hogares que enlutan las guerras por la ambición
de unos cuantos.
En una guerra todos defienden su
lado, su patria, su derecho… y lo mismo harías tú o haría yo, y eso no le hace
a uno tener el derecho de matar al otro.