Sólo quisiera decirle a quienes se sientan así, que es normal, que no están mal por sentir que se hunden en un pozo negro y sin fin. Todo es parte de un proceso de separación lento y doloroso, que parece más difícil cuánto más se amó, y es una nueva forma de vivir que requiere toneladas de valor y coraje.
Esta vez me limitaré a resaltar cinco cosas que he escrito de seguro en alguno de los post de este espacio que existe para ustedes:
- Aunque tu hijo(a) no esté contigo, sigues siendo su madre. Entiéndelo y asúmelo como parte de tu vida. Saberlo no eliminará la pena ni el dolor pero puede ayudarte a encontrar un nuevo sentido a tu vida: aprender a ser la madre de un hijo(a) aunque no lo veas o no esté a tu lado.